And the worms ate into his brain

Cajonera

miércoles, 29 de agosto de 2007


Taciturna, esperas sumergida en lo más profundo de la ventisca, justo ahí, en lo más hondo de la espesa brisa manteniendo la certidumbre en que aun puedas arraigar tu templanza en su arrebatada y desmesurada alma.

Redención de siluetas contorneadas minuciosamente por el regocijo, centenares de enlaces enlazados a la fuste de atizar los capciosos movimientos propinados por la figuración del rocío en tus manos, de las cuales rezumaron jubilosas caricias atestadas de serena contigüidad.

Sobredosis

viernes, 24 de agosto de 2007


Sentado, mirando hacia la pared arrimado a su hombro izquierdo y con la cabeza ligeramente inclinada hacia la lámina adherida hace meses en el muro estaba intentando leer la diminuta inscripción situada en el rincón inferior derecho del cuadrilátero.

Sus miradas cálidas no son fáciles de vislumbrar - dijo suspirando velozmente - sus miradas han caído a mi vida como cae una roca al fondo marino, fuertemente, arrebatadoramente e innovadoramente.

Prontitud quizás, inmaculada entrega, prolija - estas palabras resonaron en los oídos del empedernido muchacho - pegar los pies a las aceras embadurnadas de cemento como tu corazón sobornado por aquel roce involuntario, abducido por el hastío incuestionable, induciendo desidia, desidia apática y somnolienta.

Su tez es suave a la vista - dijo con la mirada perdida en algún rabo de nubes - quisiera tener la posibilidad de corroborarlo, complementarlo recitándole a la ventisca elogios a su alma, su alma escarchada, embetunada de finura, embetunada de esplendor y así poder cuestionarme esta extraña, pero enriquecedora paranoia. Esta falta de cordura que indescifrablemente me hace desconfiar de mi buen entendimiento(...)


Shut down

viernes, 17 de agosto de 2007

Su cabeza bombeaba al compás del reloj, parecía respirar por instinto y pensaba en lo desquiciado que resultó ser su sentimiendo de adoración. Desquiciado por su traición, por lo poco transparente y por lo poco valiente que fue (y sigue siento) no admitir realidades que sus miradas delatan.

Los rechazos por venir seguirán siendo confortables contrarrestando el extremismo.

Y ella me recuerda que todo sigue ahí, lo intangible, lo indecible, lo que se impregnó en nuestros labios dejando acaecer inevitablemente pequeños trozos de belleza la cual te absortó al igual que el pintoresco cielo de esa tarde de Agosto.

Es una brisa de Octubre que tira paredes...

martes, 14 de agosto de 2007

Cuando la cifra fue desempolvada cayó el telón otoñal dejando muy poco por mermar.

Todo estaba en clara evidencia y esto a su vez era jerarquía absoluta y bravía. Quería accionar, pero por lo pronto optaría por desvariar a pesar de que fuese una melodía monótona. Aseguraba que la audacia corrompería el trance metamórfico ignorando la clara relación entre ambos, menoscabando a migajas cualquier indicio de coherencia.

Sucumbiste ante ella un día agitado, las fuertes vibraciones habitan en las distensiones y pretendiste no causar desasosiego. Sabías que siempre sería así.

Corrompiste y creíste eliminar, pero esas palabras resentidas te dolieron tanto que no toleraste ni un minuto más la aflicción estacionaria echando todo al olvido, una vez más.

Agridulce

sábado, 11 de agosto de 2007

Al entablar su viaje sabía que debería someterse a una de las pruebas más difíciles que ella podía imaginar debido a su corta edad, por lo que no le afectaba realmente tu aparente ignorancia.

Fueron tantas las cosas que pensó que viviría, tan poco el tiempo que pensó que estaría ahí que me olvidé de ti, completamente.

Poco a poco la amargura absorbía la dedicación y el abatimiento rebatía las sugerencias. Las caricias omitían la posibilidad de que todo fuese un error cabal y eso rápidamente se llevó la fe.

Llegó el día, se despidió de ti ante el arribismo de las estrellas y le deseaste suerte. Él regresó por ti para dirigirse juntos al lugar que horas más tarde se convertiría en lo rutinario de los días.

El suplicio duró unas 7 horas y entre ellas pudimos apreciar claramente el negativismo circunscripcional
.

Sin duda alguna, era un cable a tierra caído como un balde de agua fría, petrificando la desmotivación y el desencanto que causó la deslealtad del accionista.


de.Lirio

lunes, 6 de agosto de 2007


Dos lagunas similares fueron las que me llevaron al paraíso. Dos lagunas de un color amarillo verdoso o, mas bien, aceitunado fueron las que se llevaron las tormentas que en algún momento alimentaron su caudal.

Luminosidad, diseminar esperanza, sencillamente fascinante.

Como la frialdad sentenció y juzgó sin fundamento alguno e irremediablemente condicionó mis impulsos, su periódica cabalgata llegó a su fin un día lleno de estrenos anunciados e inauguraciones vigorosas.

Así, la vanidosa ausencia marcó la noche y los cinco sentidos te arrebataron tu pasiva actitud. La rutina, recordar lo sucedido estimulaba al sexto sentido, te estremecía.

Entre exánimes suspiros, la brisa era la única responsable de que la luna se desplazara a lo largo y ancho de los cielos. Afuera llovía con fuerza, las cosas habían cambiado y las luces te impedían entrever la silueta posada sobre la acera. Te ofreció salir, pero no quisiste por miedo a la burla. No te resultaba difícil comprender que no era adoración lo que sentías por él, pero entendías perfectamente que no podías hacer demasiado.

La vi en la ventana, parecía haber perdido la preocupación, parecía no importarte la destemplanza en mi cuerpo, parecía no querer retribuirme calor, sin embargo, sabía que no dependía de ella, sabía que si llegaba a mis brazos el desenfreno se adueñaría de nuestros cuerpos con frenesí y, ni la lluvia podría posar paños fríos sobre nosotros, éramos uno.

Su idilio otoñal, invernal y primaveral se vio sumido en un fanal prosaico lo suficientemente tarde como para escrutar y luego atestiguar un poco de espera y bastante poco probable resultó dejar caer una especie de regresión o rebote (...)