Revolcón con tinta roja y olor a cenizas espesas con tinta negra.
Bombea la masa cósmica estrellada por esencias híbridas.
Se recuesta sobre el telón enardecido, el gato anidado en el lado claro de la locura y en el oscuro, yace el ave ocultando sus demencias petrificadas luego del chispeante rocío que acarició poca piel.
Índigo en la alborada de Anatema, Índigo hasta el atardecer, anochecer.
Concurrida asistencia al espectáculo terrenal.
Persuade, perversa, nada se eleva, nada resalta, finalmente es la perfección la que se sobrepone a toda buena intención. Si sabes hacerlo, poco importa el resto.
Activado.